The Living Tombstone en Monterrey: una noche para los que crecimos en internet
The Living Tombstone en Monterrey: una noche para los que crecimos en internet
¿Qué se siente ver en vivo las canciones que te acompañaron mientras hacías tareas a las 2 a.m., llorabas por un final alternativo en YouTube o roleabas en Tumblr? Pues Monterrey ya lo sabe. The Living Tombstone vino por primera vez a Latinoamérica y nos regaló algo más que un concierto: nos dio un multiverso de beats, nostalgia y comunidad que solo puede entender quien alguna vez se obsesionó con Five Nights at Freddy’s, My Ordinary Life o Discord.
Desde que se apagaron las luces en el Showcenter, fue claro que estábamos entrando a otro plano: luces que parpadeaban como menú glitcheado, visuales que parecían sacados de un AMV noventero, y un público que no solo fue fan, fue personaje. Había cosplays de Freddy, máscaras LED, furries, glitter en los cachetes y mochilas con parches de todos los fandoms posibles. Era como una fiesta de internet… pero en carne y hueso.
Abrieron con I Can’t Fix You y se sintió como un reset emocional. No faltó quien llorara (con toda razón), porque escuchar ese intro acompañado de cientos de voces cantando al unísono es como volver a verte frente al monitor en 2016, pero esta vez acompañado. Después vinieron trancazos como Baldi’s Basics y Squid Melody, que hicieron vibrar el venue como si estuviéramos dentro de un videojuego de ritmo con dificultad en modo “no apto para cardíacos”.
Y sí, cuando sonó I Got No Time hubo gritos. Gritos reales. De esos que salen del pecho porque esa rola no solo es pegajosa, es una cicatriz sonora. A cada beat, más energía; a cada coro, más unión. ¿Cómo explicas que un fandom nacido de creepypastas, mods y teorías conspirativas de videojuegos pueda ser tan puro en vivo? Simple: la música de The Living Tombstone nos salvó un poquito a todos, en diferentes momentos, y ahora nos lo está cobrando con felicidad colectiva.
Las más recientes como Sunburn, Somebody y Epoch brillaron con fuerza propia. No todo fue nostalgia: también hubo futuro. El proyecto ya no solo hace rolas virales, hace himnos emocionales para quienes seguimos navegando la vida como si fuera un simulador raro, pero con buena banda sonora.
El momento “ok, ya lloré, ahora voy a brincar” llegó con Spooky Scary Skeletons y Die in a Fire. Fue como estar en una fiesta de Halloween en una PC café con tus mejores amigos del Discord. Y sí, el merch shoutout en pleno show nos recordó que también es válido amar tanto algo como para comprar tres camisetas iguales.
Y cuando llegó It’s Been So Long, el aire se llenó de algo más pesado que el humo de la producción: era cariño, pura memoria comprimida en synths. El encore cerró con Discord, My Ordinary Life y el clásico que lo empezó todo: Five Nights at Freddy’s. Ahí ya nadie estaba cuerdo, pero todos estábamos en paz.
Porque sí: The Living Tombstone vino a Monterrey y nos hizo sentir que crecer con internet, a veces, no estuvo tan mal. Que esas canciones que escuchábamos solos en el cuarto ahora son puentes con gente que siente igual. Y que la comunidad no es solo online: también puede sudar, brincar, llorar y corear contigo en un venue.
Esto apenas empieza. Y si este fue el nivel 1… el resto de la gira va a estar de locura.
Nota & Fotografías: Orlando Limón
2024, México. Todos los derechos reservados.