Tembló Monterrey con el Cuarteto de Nos: ironía, ritmo y catarsis en el GNP Seguros.
Tembló Monterrey con el Cuarteto de Nos: ironía, ritmo y catarsis en el GNP Seguros.
La noche del 10 de octubre, Monterrey fue testigo de una de las presentaciones más memorables del Cuarteto de Nos. Con el recinto a reventar, el GNP Seguros se llenó de energía y emoción desde antes del primer acorde. Entre la multitud se podía ver a fans de todas las edades, muchos portando camisetas con frases icónicas de la banda, rostros pintados con la característica “cara de nada” y, cómo no, varios sombreros de pollo que se alzaban entre la euforia colectiva, como guiño al universo visual que ha construido la agrupación.
Proveniente de Uruguay, el Cuarteto de Nos está conformado actualmente por Álvaro Pintos en la batería; Diego Bartaburu en los teclados; Gustavo “El Topo” Antuña en la guitarra eléctrica; Santiago Tavella en el bajo eléctrico y coros; y, para cerrar, el señor Roberto Musso en la guitarra principal y voz líder. Durante la noche, se entregaron por completo a los regios, marcando la base rítmica entre batería y bajo, quienes protagonizaron los inicios de varias canciones, provocando los gritos de todo el recinto.
Los solos de las guitarras despertaron la emoción y euforia del público, mientras que los teclados aportaron la chispa que dio sabor a la agrupación en conjunto. Por su parte, Roberto Musso, con su carisma y cercanía, logró que todo el público coreara a una sola voz, además de bromear y agradecer en repetidas ocasiones el cariño y apoyo hacia la banda.
En un momento del show, Roberto Musso retrocedió en el tiempo para recordar la primera vez que la banda se presentó en Monterrey, cuando apenas un pequeño público los acompañaba. Hoy, en contraste, llenaron por completo el escenario del GNP Seguros.
Además, compartió que antes del concierto disfrutaron de platillos típicos regiomontanos, destacando las enchiladas suizas y la arrachera, lo que dio pie a la canción Algo Mejor que Hacer. Solo con nombrarla, el público estalló en emoción y no dejó de cantar ni un solo verso durante toda la interpretación.
La producción del concierto fue tan variada como la discografía del Cuarteto de Nos. A lo largo del show, el amplio catálogo visual de la banda se hizo presente: luces sincronizadas con la intensidad de cada canción, pantallas que proyectaban imágenes surrealistas, puertas a otras dimensiones y símbolos que remiten al universo lírico que han construido a lo largo de los años. Cada elemento visual acompañaba la narrativa de las canciones, provocando gritos de anticipación incluso antes de que sonara la primera nota. Fue un espectáculo donde la música y lo visual se unieron para amplificar la experiencia.
Uno de los puntos más emotivos del concierto llegó con No Llora, una canción que desde sus primeros acordes provocó un cambio total en el ambiente. Las luces del escenario se atenuaron, y de inmediato el recinto se iluminó con las linternas de los asistentes, generando una atmósfera íntima y sobrecogedora.
Fundado en Uruguay en 1978, el Cuarteto de Nos cerró su presentación en Monterrey con un recorrido musical que abarcó desde sus temas más clásicos hasta sus lanzamientos más recientes, como Cara de Nada y El Cuarto de Nico. Durante todo el show, la banda entregó al público regio su corazón y su vida, en una noche única e irrepetible que retumbó hasta las afueras del Pabellón M. Así se vivió el regreso de una de las bandas más importantes de la escena del rock en español, dejando en Monterrey uno de los mejores conciertos de su gira actual
Fotografías: Andrea Esvel
Reportero: Jesús Martínez
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