El 26 de septiembre, el Foro Tims se volvió un cuarto donde todos los sentimientos cupieron al mismo tiempo gracias a Paloma Morphy. Desde que arrancó con “Intro 2” y “Au”, el público sabía que estaba entrando a un viaje emocional de esos que no te sueltan ni aunque quieras.

La magia empezó a subir de nivel con “Me faltas tú” y “Seb”, donde se escuchaba un coro colectivo que retumbaba hasta la última fila. Luego, entre la vulnerabilidad de “La idiota soy yo” y “Filofobia”, Paloma nos recordó por qué la honestidad brutal en la música siempre encuentra eco.

Uno de los momentos más íntimos fue el bloque acústico con “Sin nada” y “Nunca fuiste parte”, que se sintió como si de repente el venue se hubiera convertido en una sala de estar donde Paloma te canta directo a ti. Y claro, hubo sorpresa: alguien del público subió para compartir el clásico “Rosa Pastel” —sí, ese himno que nunca muere y que aquí sonó como catarsis colectiva.

El clímax llegó con canciones que ya son indispensables en su repertorio: “Un tipo nuevo”, “La mexicana” y “Te quise tanto”, donde la energía subió hasta el techo. El cierre con “Píjala” y “LQUDF” fue la confirmación de que Paloma está construyendo no solo un show, sino una comunidad.