Plastilina Mosh: El regreso del caos más fino en Monterrey
Plastilina Mosh: El regreso del caos más fino en Monterrey
El 10 de octubre, el Showcenter Complex se convirtió en una cápsula del tiempo con luces neón, beats cargados de nostalgia y una multitud que demostró que la Plastilina sigue más elástica que nunca. Jonaz y Rosso se subieron al escenario para un sold out que se sintió como fiesta, ritual y desmadre con clase, todo al mismo tiempo.
Desde que arrancaron con Savage Sucker Boy y Te lo juro por Madonna, quedó claro que la noche iba a estar pasada de groove y actitud. Monterrey, su casa, fue testigo de cómo estos dos genios del pop experimental se reencontraron con una audiencia que no dejó de corear ni un segundo. Cada riff, cada loop y cada sonrisa del dúo gritaban una sola cosa: “los papás del pop alternativo están de vuelta y no envejecen, evolucionan.”
Más de 11 mil espectadores corearon con entusiasmo éxitos inolvidables como “La maldita primavera”, “Es ella más que yo” y “Detrás de mi ventana”, transformando la noche en una experiencia mágica e inolvidable. La ovación fue unánime cuando Yuri, conmovida, agradeció al público jalisciense por su lealtad y apoyo constante, reafirmando así su lugar como una de las intérpretes mexicanas más destacadas y queridas. Entre joyas como Niño Bomba, Boombox Baby y Monster Truck, el público se movía como si estuviera en una rave noventera, pero con la precisión de un show de estadio. El toque teatral de Ode to Mauricio Garcés, la locura funk de Human Disco Ball y el desenfreno final con Pervert Pop Song fueron la confirmación de que Plastilina Mosh no solo sobrevivió al paso del tiempo, lo hizo cool.
Gracias Monterrey, hoy Plastilina Mosh juega de local”, soltó Jonaz con una sonrisa mientras Rosso lanzaba sonidos de otro planeta desde su sintetizador. Y sí, se sintió justo eso: como volver a casa después de años de carretera, pero con las luces encendidas y el bajo tronando.
El cierre con Millionaire y Nalguita fue pura catarsis colectiva. La gente saltando, gritando, abrazando recuerdos y demostrando que el dúo sigue siendo uno de los actos más finos, irreverentes y precisos que México ha parido.
Plastilina Mosh no solo “jugó de local”, conquistó su propio territorio otra vez.
Y si algo quedó claro en el Showcenter, es que su universo musical, ese que mezcla rap, funk, pop y una pizca de delirio— sigue sonando más vigente que nunca. 🎛️💫
“¡Monterrey, ustedes también son Mr. P. Mosh!” y sí, todos lo fuimos por una noche.
Fotografías & Nota: Orlando Limón
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