Desde que salió al escenario, el público ya estaba gritando cada palabra más fuerte que el propio Cornelio (sorry, bro, pero Monterrey te ganó la batalla de pulmones). No hubo tregua: una hora y media de puro golpe al pecho y fiesta norteña, con himnos que se sienten como shots de tequila directo al corazón.

Los momentos que nos hicieron perder la dignidad (en el buen sentido):

• “Fue un error amarte” sonó y todos revivimos el peor mensaje que no debimos mandar a las 3am.
  
  

• Cuando arrancó “Hoy muere un romántico”, la Arena se volvió un mar de gargantas quebradas y ojitos vidriosos (no lloramos, nos cayó hielito de la cheve).
  
  

• En “Las Tekates” y “La Kushara”, la gente olvidó que estaba en un concierto y se armó el antro norteño más grande de la ciudad.
  
  

• Y obvio, la sorpresa de Memo Vega cantando “A partir de hoy” y “Para impresionarte”, que fue como ese shot extra que no pediste pero que se siente glorioso.

Cornelio no solo cantó, nos hizo sentir parte del show. Hubo un punto en que ya no sabías si estabas en la Arena o en el karaoke con los compas gritándole al dolor amoroso.