Sí, sí, sí: esa voz que suena como whisky en una tormenta por fin se escuchó en vivo en Monterrey.

El pasado 9 de abril, el Showcenter Complex se transformó en una cabaña islandesa embrujada, cortesía de KALEO, la banda liderada por el carismático y misterioso JJ Julius Son (sí, ese es su nombre artístico, pero en Islandia lo conocen como Jökull Júlíusson, y además de cantar como dios nórdico, ¡habla cinco idiomas!). Esta fue su primera vez en la ciudad, y la vibra fue exactamente lo que esperábamos: íntima, potente y llena de fuego.

Arrancaron con USA Today y Break My Baby, directo a la yugular, dejando claro que no venían a echar chisme, sino a soltar rock-blues denso, sucio, delicioso. Siguieron joyas como Broken Bones, Hey Gringo y el infaltable gritito doloroso de Pretty Girls que nos dejó con el corazón hecho trizas.

Para quienes no los ubican tanto: Kaleo es una banda de rock alternativo y blues con alma folk, salida de Islandia (sí, tierra de volcanes, Björk y elfos). Pegaron mundialmente en 2016 con “Way Down We Go”, pero su discografía es puro diamante escondido. Y lo mejor: suena igualita en vivo (o hasta mejor).

Hubo space cowboy vibes con Lonely Cowboy, momentos súper íntimos con Automobile, y por supuesto, la locura total llegó con No Good y el encore de Rock ’n’ Roller, que nos recordó por qué amamos a este grupo: no hacen shows, hacen experiencias sensoriales.

Kaleo en vivo es poesía rasposa, distorsión en cámara lenta y puro fuego islandés. Si no los conoces, ya estás tarde, pero nunca es mal momento para sumarte. Y si fuiste, sabes que esto no fue un concierto: fue un ritual.