'El Último Baile' en Monterrey, Trueno cierra gira con todo el flow
'El Último Baile' en Monterrey, Trueno cierra gira con todo el flow
La noche del 14 de junio no fue una cualquiera en Monterrey. Fue la noche. Trueno bajó el telón de su gira El Último Baile Deluxe con un show que fue una declaración: el escenario es suyo, el micrófono es su espada y la gente… su ejército.
Desde que sonaron los primeros segundos de la BZRP Music Session Vol. 16, el público entendió que esto iba en serio. Sin pedir permiso, el argentino se adueñó del Auditorio Banamex ahora sí, con su nombre bien puesto, con barras que cortaban el aire, una actitud feroz y una entrega que pocas veces se ven en un cierre de tour. Canciones como Fuck El Police, Bien o Mal y Tierra Zanta fueron coreadas a pulmón por miles, pero fue Oh Baby la que provocó una auténtica sacudida colectiva. Trueno no estaba cantando, estaba haciendo temblar la ciudad literalmente.
El público recibió también parte del nuevo capítulo: 344 sonó por primera vez en tierras regias, una joyita recién salida de El Último Baile Deluxe, con toda esa vibra introspectiva que muestra a un Trueno más pulido, más profundo y con hambre de evolución. Lo mismo pasó con En La City, su colaboración con Young Miko, que aunque no estuvo presente, puso a todos a perrear con flow fino. La rola debutó en Monterrey y lo hizo con la fuerza de un hit instantáneo.
Y claro, Mamichula tenía que estar. Fue uno de los momentos más altos de la noche, como una especie de mantra colectivo. Pero justo antes del final, Trueno se guardó una joyita emocional: subió de la nada una fan al escenario, lo abrazó, y entre gritos, luces y corazones al borde del colapso, se preparó para despedirse. “Este es el último baile”, dijo, antes de dejar caer Dance Crip como un rayo final.
Esa despedida no fue triste. Fue poderosa. Fue de esas que te dejan el pecho inflado y los ojos brillando. Trueno cerró su gira en Monterrey con una hype brutal, y aunque dijo adiós, lo sentimos más presente que nunca. Porque cuando un artista entrega tanto, no se va: se queda en la city, y en el ADN de cada fan que esa noche sudó, gritó y bailó como si no hubiera mañana.
Y si esto fue el último baile… que empiece la próxima fiesta.
Nota: Orlando Limón
Fotografías: Orlando Limón
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