El show arrancó con un intro solemne: campanadas, atmósfera casi religiosa y un aire de misterio que encendió la expectativa. Bajo ese marco, la banda abrió oficialmente la noche con No Hay Fe”, tema que dio paso a un recorrido sonoro en el que la tecnología visual y el poder del en vivo se fusionaron para crear una experiencia inmersiva.

Durante poco más de hora y media, el público no dejó de cantar. Sonaron los temas más recientes, pero también aquellos clásicos que mantienen a Moenia como pioneros del género en México. Entre los momentos más ovacionados estuvieron “No Importa Que El Sol Se Muera” y ”Déjame Entrar”, que desataron una de las respuestas más intensas de la velada.

Con un despliegue de luces, pantallas y efectos visuales, la producción reforzó el carácter innovador del espectáculo. La conexión con el público fue constante y vibrante, confirmando que la agrupación sigue tan vigente como siempre.