A ver, ¿cómo lo explicamos? Lo que vivimos en Monterrey con Die Antwoord fue simplemente una locura que todavía no superamos. El dúo sudafricano llegó con todo su rollo freaky y nos dejó en otro planeta. ¡Sí, tal cual! Desde el primer beat, el lugar se llenó de esa energía bizarra y explosiva que tanto amamos de ellos. Soporten.

Yolandi y Ninja se dejaron caer con sus rolas más épicas, desde Baby’s on Fire hasta I Fink U Freeky, y créanme, el público estaba a tope, gritando y saltando como si no hubiera mañana. ¿Lo mejor? La química de estos dos en el escenario es tan única que te atrapa y no te suelta. Entre miradas intensas, coreografías rarísimas y esa actitud que les brota, Die Antwoord hizo del Showcenter su propio universo, y todos los que estábamos ahí lo vivíamos como si fuéramos parte de la familia.

¡Y las luces! Escenas psicodélicas, colores en todas partes y nos dejaban como “WTF?”. Así, Die Antwoord demostró por qué su estilo es tan diferente y por qué siguen siendo unos OGs en la escena alternativa. Cada detalle, desde su vestimenta hasta la puesta en escena, nos gritaba que esto no es solo música; es una experiencia completa.